miércoles, 14 de agosto de 2013

Editorial // A pasos agigantados

Por Maca Ortiz

El mes de agosto viene cargadísimo con el Día del Niño. En Argentina se fijó el día 18 de ese mes para celebrarlo. El motivo de esta celebración tiene sus explicaciones: La Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó en 1954 que todos los países instituyeran la Día del Niño y que cada nación fijara la fecha conveniente para celebrarlo.
Y es por eso que este mes, Bailemos dedica su edición a los pequeños bajitos que nos llenan la vida día a día. Lo dedicamos a recordar auqellos/as bailarines/as que empezaron desde pequeños, bailando alguna canción frente al espejo quizás. Va dedicado a quienes se enamoraron de la danza en la niñez.
También tenemos en cuenta el debate que implica la iniciación a la danza a temprana edad (por enfrentar, por un lado, sus numerosas ventajas y por el otro las presiones y exigencias inadecuadas para los niños). Pero, por sobre todo, lo dedicamos a los pequeños que están bailando ahora con toda su alegría, frescura, energía, dulzura e inocencia. Esta vez vemos a la danza como juego y expresión con el cuerpo, diversión sincera y pura. 
Porque, después de todo, emociona cada paso que aprenden y se animan a dar día a día. Por la emoción de verlos crecer. Y porque, en definitiva ellos nos enseñan a no perder el niño que llevamos dentro y a  bailar con auténtica felicidad. Porque es responsabilidad de los adultos hacer hasta lo imposible para garantizar que este día y todos sean realmente felices para ellos. Por todo eso y mucho más, ¡Bailemos les desea un muy feliz y colorido Día del Niño!



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