lunes, 16 de septiembre de 2013

EDITORIAL // Lecciones de vida

Por Maca Ortiz

   ¡Arrancó septiembre! Aunque en este mes la primavera y los estudiantes tienen protagonismo,  también se conmemora el día del maestro y el profesor en nuestro país. Por eso en esta oportunidad, Bailemos dedica su edición a todos los que enseñan y hacen honores a la admirable vocación de enseñar.
    En lo personal, considero que en el ámbito de la danza, el/la profe o seño está para brindarnos su apoyo desde el primer momento. Desde el primer día, cualquiera sea el momento y lugar, el profesor de danza nos empieza a brindar su conocimiento. A partir de ahí se inicia un camino interesante, infinito, con logros y dificultades, exigencias, satisfacciones, entrenamiento y constancia. Y un/a profe sigue ahí firme, con toda su paciencia viéndonos crecer como personas y como bailarines, brindándonos oportunidades y dejándonos volar.
    Pero detrás de esa figura que conocemos como profe, hay historias y lecciones de vida. Hay un camino recorrido, hay sacrificio, hay alegrías y tristezas... y tantas otras emociones. Todas esas vivencias merecen ser contadas, merecen un espacio como éste. Es una manera de expresarles gratitud.
    Como aprendices vemos y valoramos la grandeza que hay en un/a profe, sobre todo si esa grandeza va acompañada de humildad. De esa manera y dispuestos a aprender, lo que se aprende no se olvida. No se olvida nunca a quien nos enseña a bailar. Desde el rol de alumno o de profesor, en algún punto se comparte la misma pasión por la danza. Quien enseña a bailar a veces trasciende las clases de danza para compartir verdaderas lecciones de vida.


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